domingo 16 de junio de 2024 - Edición Nº2020

Policiales | 29 feb 2024

Crimen del country

Encuentran manojo de cables que pudo haber sido utilizado para matar al jubilado

Además, la viuda de la víctima le dijo a los investigadores que de la casa no sólo faltó el celular de su marido, sino también un parlante.


Los investigadores del crimen de Roberto Eduardo Wolfenson, el ingeniero electrónico de 71 años asesinado el viernes pasado en el country La Delfina del partido bonaerense de Pilar, hallaron en la casa de la víctima un manojo de cables compatible con el que pudo haber sido utilizado, según la autopsia realizada al cadáver, para cometer el estrangulamiento de la víctima.

El procedimiento fue encabezado por el fiscal del caso, Germán Camafreita, quien fue alertado esta mañana por la viuda de Wolfenson que encontró un manojo de cables "que podrían ser tanza o cuerdas de guitarra", un elemento que no había sido visto por ella con anterioridad, y además dijo que no hallaba los guantes de látex que la empleada doméstica utilizaba habitualmente para realizar la limpieza de la casa.

Además, la mujer le comentó a los investigadores y a algunos miembros de la familia que de la casa no sólo faltó el celular de su marido, sino que también un parlante, mientras los investigadores ya mandaron a analizar dos computadoras de la víctima.

"La esposa comentó que no encontraba un parlante con conexión bluetooth, que quizás también se lo habían llevado", dijo a la agencia estatal Télam uno de los investigadores judiciales de la causa.

El dato también fue confirmado por Tomás Farini Duggan, el abogado que representa a los dos hijos que Wolfenson tuvo con su primera esposa, y que se presentaron como particulares damnificados en el expediente.

Al respecto, el abogado afirmó: "Es cierto que la mujer actual del padre de mis clientes le llegó a comentar al hijo que se habían llevado ese parlante".

El robo no es la principal línea investigativa debido a que de la casa supuestamente sólo faltaba el celular marca Motorola de Wolfenson, no había nada revuelto y había una caja fuerte con dinero y otros objetos de valor que quedaron intactos.

Sin embargo, voceros judiciales y policiales ratificaron que "por ahora no se descarta ninguna hipótesis, incluso, la de un robo".

El lunes pasado, en su primera visita a la casa del lote 397 del barrio La Delfina, donde tres días antes ocurrió el asesinato, el fiscal Camafreita, no sólo se entrevistó por primera con la esposa de la víctima, sino que secuestró dos computadoras que ahora serán analizadas por expertos forenses informáticos.

Otro elemento que se mandó a analizar, aunque a otro tipo de laboratorio, es un cabello largo que por su extensión y morfología no pertenecía a la víctima y que fue hallado, según algunas fuentes, sobre el pantalón del ingeniero electrónico especialista en baterías de litio.

Además, ya está confirmado, por sus lesiones de defensa, que Wolfenson luchó con su asesino mientras era golpeado y estrangulado. Se enviaron también a laboratorios genéticos los hisopados subungueales realizados en las manos de la víctima, ante la posibilidad de que haya logrado arañar a su asesino y que, debajo de sus uñas, haya quedado el ADN del homicida.

Aún no hay un móvil ni un sospechoso claramente identificado y, por el momento, el fiscal tiene a todos bajo investigación: familiares, allegados y empleados.

Ya declararon la viuda, uno de los hijos, la empleada doméstica, el jardinero, el piletero y el profesor de piano que entró a la casa y halló el cadáver.

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