Una organización criminal familiar integrada por tres hombres habían efectuado un préstamo de dinero a otra familia, que al momento de tener que devolverlo, tuvieron serios problemas económicos que les impidió cumplir con el pago, circunstancia que no fue comprendida por los violentos acreedores, a pesar de haberse judicializado civilmente la cuestión. Sin embargo, los criminales decidieron tomar justicia por sus propias manos  al no recibir dicho pago.

Como respuesta a las súplicas de sus deudores, optaron por incendiar su automóvil como también la vivienda de las víctimas, mientras sus ocupantes estaban dentro, usando para ello nafta en grandes cantidades, sin guardar ningún reparo hacia la salud o la vida de aquellos, ocasionando un grave incendio, que hizo necesaria la presencia de varias dotaciones de bomberos para apagarlo y rescatar a la familia presa de las llamas.

Ante la gravedad de los delitos cometidos, los perpetradores huyeron, guareciéndose en distintos lugares tanto del conurbano bonaerense como de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, los cuales iban alternando pensando que de esa manera eludirían el accionar policial. 

Desde el Área Ejecutiva de Investigaciones Correccionales del Juzgado de Garantías N°1 de San Isidro, a cargo de Nicolás Alberto Sarmiento, requirió asesoramiento y colaboración de la División Búsqueda de Prófugos, de la Superintendencia de Investigaciones Federales.

Luego de diversas tareas de campo durante varios dias, permitieron lograr en base a escuchas y análisis correspondientes la detención de los violentos, hoy en día sujetos todos a derecho, esperando condena en dependencias provinciales.