domingo 30 de junio de 2024 - Edición Nº2034

Actualidad | 1 feb 2024

PETITORIO A LOS SUPERMERCADOS

El miedo a los saqueos alarmó al conurbano en una jornada de represión

El fantasma del saqueo volvió a alarmar a supermercadistas. Este jueves 1º de febrero, las organizaciones sociales y movimientos piqueteros iniciaron su plan de lucha para visibilizar el hambre, a sabiendas de que serán enfrentados sin miramientos por las fuerzas administradas por la derecha: Policía Federal, Gendarmería y Policía de la Ciudad.


Por: Ricardo Carossino

La semana pasada fue noticia la reunión de algunos intendentes de conurbano con el gobernador Axel Kicillof, en la que alertaron sobre un fuerte crecimiento de la demanda de comida para comedores populares.

Una fuente de la gobernación, cercana a un ministro que participó del encuentro confió a Política del Sur que uno de los jefes comunales presentes, le habría advertido al ministro del Interior, Guillermo Francos que los intendentes poco y nada iba a poder hacer “si la comida empieza a faltar en serio”.

El primer paso del plan de lucha de la UTEP fue ir a supermercados a entregar petitorios con la consiga “la única necesidad y urgencia es el hambre” en lo que denominaron “Campaña nacional contra el hambre” y se realizó en todo el país. Desde La Nación y Clarín rápidamente lo titularon como “apriete de piqueteros K” para polarizar políticamente la falta de comida.

Ahora el secretario general de la UTEP, Alejandro Gramajo, afirmó: “El vocero (presidencial Manuel Adorni) habla de transparencia. Que vayan a los territorios a controlar lo que quiera y si quiere él mismo llevar la mercadería a cada comedor, lo esperamos con los brazos abiertos".

Por su parte, la cartera de Capital Humano informó que ya “se dio de baja el sistema de entrega discrecional de alimentos secos para implementar la modalidad de transferencia monetaria directa a los comedores y asociaciones sin intermediación” e informó que está "trabajando en transparentar la política alimentaria” del Gobierno. Es claramente el enfrentamiento entre “no hay plata y no hay comida”, la polarización que se viene en las calles calientes de la Argentina.

En este contratiempo para las organizaciones sociales, lo que se ve es una falta de líderes políticos que tengan una legitimidad masiva para conducir un proceso de lucha ante el avance de los libertarios y sus ideas anarcocapitalistas, las organizaciones piqueteras y movimientos de la economía popular acordaron llenar ese espacio que carece de figuras convocantes.

Este jueves, estas organizaciones convocaron a al incicio de un plan de lucha y salieron a entregar petitorios a los supermercados y entre esas organizaciones se encuentran la Unidad Piquetera, el Polo Obrero, el Sindicato Unico de Trabajadores del Neumático Argentino (SUTNA), las comisiones internas de los hospitales Garraham e Italiano y la Asociación Sindical de Profesionales de la Salud de la Provincia de Buenos Aires (CICOP).

Con la convicción de que la Ley Ómnibus saldrá con modificaciones y aún con poderes delegados, estas organizaciones tomaron la decisión de salir a dar la pelea porque señalan que hay retraso en el envío de comida a los merenderos y la situación es “desesperante”.

El líder de Unidad Piquetera, Eduardo Belliboni, que denunció ser agredido en la marcha del miércoles, sacó del paquete de la culpa a los supermercadistas y responsabilizó únicamente al presidente Milei por el problema de la comida, mientras por su parte, Johana Duarte, Secretaria Gremial de la UTEP y dirigente del Movimiento Evita, expresó al conocerse el plan de lucha: “Debemos seguir por ese camino para poner en agenda los principales problemas que sufre nuestro pueblo, que para nosotros es el hambre”.

“No nos vamos a quedar de brazos cruzados mientras Milei se encarga de una agenda que no tiene que ver con las verdaderas urgencias de los argentinos. La única necesidad y urgencia en la Argentina es el hambre”, afirmaron desde el Movimiento Evita. 

Por esa razón, la ministra de Capital Humano, Sandra Pettobello hizo su show para las cámaras y la hinchada antipiquete y salió a la calle a mostrarse innecesariamente combativa para decir que ella sólo iba a recibir a “la gente que tiene hambre y no a los referentes”.

Ser denominado piquetero desde que la derecha encontró los nichos sociales para mostrarse represiva sin temor, es un signo para habilitar la muestra de poder armado. Distinto es ser de la CGT porque no sólo la ministra Bullrich no reprimió. Ni siquiera mandó gendarmes a la marcha del 24 de enero.

Y así como vuelve con más fuerza la sombra represora sobre las organizaciones sociales, también vuelve el fantasma de los saqueos como se vio ayer en Lomas de Zamora, cuando se alertó por esto ante la llegada de la UTEP al MaxiCarrefour de Camino Negro, lo que lógicamente demandó presencia policial. No era un saqueo. Era la entrega de un petitorio por la falta de comida en merenderos.

Lo que se vio el miércoles a la noche en las inmediaciones del Congreso fue la ya conocida por muchos, imagen del 19 y 20 de diciembre del 2001, cuando la consigna fue “piquete y cacerola la lucha es una sola”. Se repiten las imágenes, sólo que aquello fue el final de un relato y ahora es el comienzo del mismo. ¿Cómo puede terminar esto?

“La decisión política está tomada, faltan los detalles técnicos. Se hará antes de marzo”. Con esta frase, una altísima fuente del Ministerio de Defensa le confirmó a Página/12 que el gobierno de instrumentará la participación de las Fuerzas Armadas en tareas de seguridad. La jugada va a consistir en la revocatoria de un decreto reglamentario, firmado en 2006 por Nilda Garré, que establece que los militares sólo pueden intervenir “ante la amenaza de un Estado extranjero”.

Todo es nuevo en el caso de La Libertad Avanza. Es nuevo que hay un presidente sin territorialidad, que esté en completa minoría en el Congreso, que carezca por completo de experiencia estatal, que exhiba un discurso reaccionario y populista de ultraderecha y que pretenda cambiar la matriz socioeconómica de un país en un mes.

Frente a esta situación la CGT no se quedó callada y realizó un comunicado en sus redes sociales. “Si para la discusión parlamentaria se debe militarizar el Congreso de la Nación, es sensato sospechar sobre los supuestos 'beneficios' para el pueblo de la Ley Ómnibus”, señalaron desde la central obrera.

La olla a presión social tiene el carácter de ser visibilizada a todo el mundo y es lo que los movimientos piqueteros dejaron en claro el pasado miércoles y ayer frente al protocolo antiquetes del que Patricia Bullrich y Diego Santilli se ufanan.

Precisamente, el encendido discurso del ex precandidato a gobernador bonaerense que perdió las PASO con Néstor Grindetti tiró más leña al fuego en medio de la represión que Bullrich ordenó durante la sesión en el Congreso.

Ironizando sobre la frase de Sergio Massa en el debate presidencial el diputado afirmó: “Por sí o por no: ¿vamos a votar en contra de la modificación en el código penal? No es lo mismo 82.500 piquetes que una protesta, nadie está discutiendo cercenar el derecho a la manifestación, pero el que va a trabajar, el que va a la escuela, tiene derecho a tener la oportunidad de hacerlo en paz y en tranquilidad”.

 

 

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