sábado 25 de enero de 2025 - Edición Nº2243

Actualidad | 6 ene 2025

Opinión

Fragilidad en el campo productivo de las Pymes y Micropymes frente al 2025

"Las Pymes, Micropymes y comercios se encuentran atrapados entre la caída del consumo interno y la imposibilidad de renegociar deudas en términos razonables", advierte Antonio Novielli.


En medio de una supuesta estabilidad financiera, las empresas de servicios parecen mantenerse al margen, comenzando el año con incrementos que oscilan en un 3,7%. Estos aumentos impactan de lleno en todos los sectores, empujando a numerosas empresas argentinas al borde del colapso.

Sectores clave de la economía, como los grandes conglomerados y los agroexportadores, enfrentan caídas sostenidas en los precios internacionales, desplomes en las ventas, pérdidas de rentabilidad y un incremento en los costos financieros, agravado por la disminución de ingresos.

Los vencimientos de deuda de la actual administración dejan poco margen de maniobra, con alternativas limitadas: iniciar un proceso de reestructuración, recurrir a un concurso preventivo o enfrentar la quiebra. Voces representativas del sector empresarial, como Funes de Rioja de la UIA, Paolo Roca de Techint, y actores del sector textil, hasta los representantes del Grupo de los 6, exigen condiciones de juego equitativas para sostener una realidad cada vez más adversa.

La recuperación de las ventas se presenta cada vez más lejana. Las cifras recientes reflejan una contracción de ingresos que afecta a empresas de todos los tamaños. Históricamente, el verano es una temporada de baja actividad para la mayoría de los sectores, lo que podría agravar la situación. Si no se implementan estrategias de reestructuración efectivas, los meses de enero y febrero, que suelen ser críticos, podrían sellar el destino de muchas empresas.

Marzo de 2025 podría marcar el inicio de una cadena de insolvencias devastadora. Hasta el momento, propuestas como el MINIRIGI no han sido tratadas ni analizadas. Las altas tasas de interés, junto con la caída de las ventas, han generado una presión significativa sobre los flujos de caja. En Argentina, la tasa de descuento para adquirir una empresa supera el 25% en dólares, y el desplome de los ingresos ha reducido drásticamente el valor de las compañías, limitando su capacidad para renegociar deudas bancarias y comerciales, así como para concretar ventas empresariales.

Este cuadro de situación configura una bomba de tiempo en los próximos vencimientos de deuda. Cada día sin medidas concretas acerca a las empresas al incumplimiento, complicando su supervivencia y enredando el sistema financiero en su conjunto. La posibilidad de una avalancha de concursos preventivos y quiebras sería devastadora para la economía real, potenciando despidos, pérdidas de capacidad productiva y agudizando el clima social. Un efecto dominó sería imposible de contener.

La crisis no se limita a casos aislados, sino que afecta al tejido industrial y comercial en general. Las empresas industriales, histórico motor del empleo y la innovación gracias al valor agregado, enfrentan costos de financiamiento que, trasladados a dólares, bloquean cualquier intento de inversión. Por su parte, las Pymes, Micropymes y comercios se encuentran atrapados entre la caída del consumo interno y la imposibilidad de renegociar deudas en términos razonables.

La falta de respuestas concretas para estos sectores los enfrenta a un colapso empresarial que destruirá miles de empleos, dejando un vacío irreparable en sectores estratégicos y profundizando el estancamiento económico y social.

Por estas razones, las empresas necesitan una reestructuración de deuda efectiva para restaurar la confianza de inversores y acreedores, evitando un colapso que impactaría a toda la economía. Una recuperación lenta en las ventas no solo profundiza la crisis de las empresas, sino que también podría arrastrar al país hacia una recesión más profunda.

Por Antonio Novielli

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